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18 señales de que tu jefe quiere que te vayas

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autorContribuyente

Estás experimentando ansiedad en el trabajo y te encuentras investigando qué hacer cuando te sientes excluido en el trabajo. ¿Es tu jefe quien te está empujando a salir, o estás reaccionando a una serie de emociones, factores de estrés e incomodidades? Queremos ayudarte a descubrir qué está sucediendo y cómo manejarlo.

Un entorno laboral está lleno de múltiples dinámicas: competencia, creatividad, género, interdependencia, lealtad, asociaciones, poder y rechazo. Cuando piensas que tu jefe está tratando de hacerte renunciar o se siente amenazado por ti, lo más probable es que esta sea simplemente tu interpretación de eventos negativos y factores en el trabajo que pueden estar solo tangencialmente relacionados con tu jefe, o incluso no tener relación alguna (a menos que eso es exactamente lo que tu jefe te ha dicho sin lugar a dudas).

Sacar conclusiones apresuradas sobre la dinámica entre tú y tu gerente es uno de los grandes errores al manejar conflictos en el trabajo. Hasta que sepas con certeza qué significa la incomodidad que sientes, mantén la calma y actúa de manera lógica.

Centrémonos en algunos pasos posibles para averiguar si realmente estás viendo señales de que tu jefe quiere que renuncies, o si se trata de algo más.

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¿Como saber si tu jefe no te valora?

Hemos elaborado una lista de algunas señales reveladoras de que tu jefe quiere que te vayas. Lee las siguientes afirmaciones y marca aquellas con las que estés de acuerdo:

  • Todo lo que hago parece molestar a mi jefe.
  • Mi jefe ha comenzado a controlar cada detalle de mi trabajo.
  • Mi jefe me ha abandonado por completo; es como si no existiera.
  • No importa lo que haga, mi jefe siempre encuentra algo para criticar.
  • No hay conversaciones informales entre nosotros.
  • Mi jefe no me saluda, ni sonríe.
  • Mi jefe evita el contacto visual conmigo.
  • Mi jefe tiene una actitud despectiva y un lenguaje corporal dominante y reservado cuando trata conmigo, y se comporta de manera diferente con los demás.
  • Mi jefe no está disponible para mí por correo electrónico o teléfono.
  • Mi jefe atribuye mis éxitos a mis colegas.
  • Me culpan por problemas que no son culpa mía.
  • Cuando le pido a mi jefe comentarios, rara vez los obtengo.
  • Mi jefe no escucha nada de lo que digo.
  • Mi jefe acude primero a mis subordinados para nuevos proyectos, no a mí.
  • Mi jefe ya no busca mi opinión en decisiones clave.
  • A menudo me excluyen de reuniones importantes relacionadas con mi trabajo.
  • La puerta de mi jefe siempre está cerrada para mí.
  • Mi jefe siempre está en desacuerdo conmigo.

Si más de la mitad de las afirmaciones anteriores se aplican a tu situación, es posible que la dinámica laboral sea realmente desfavorable. Sin embargo, antes de sacar conclusiones precipitadas, veamos si tienes tendencia a algún tipo de pensamiento negativo que pueda afectar tu percepción de las relaciones laborales.

No me valoran en el trabajo: identificar el pensamiento negativo

¿Cómo determinas si esto es un pensamiento catastrófico en lugar de la situación real? Tu primera tarea es detener el tipo de pensamiento que fomenta la impotencia. En lugar de las exageraciones que tu mente está imaginando, concéntrate en alternativas racionales.

Podemos empezar a cambiar nuestro pensamiento cuando reconocemos patrones comunes. Esto requiere autoconciencia, ya que los pensamientos irracionales suelen ser automáticos y convincentes. Echa un vistazo a la tabla a continuación para ver si los ejemplos en la columna izquierda se ajustan a tu situación actual en el trabajo. Luego, examina las alternativas racionales en la columna derecha y adáptalas a tu situación.

Pensamientos irracionales y catastróficosAlternativas racionales

"¡Dios mío, eso no debería haber pasado! ¡Voy a perder mi trabajo!"

"Esto es frustrante, pero aún no he perdido mi trabajo y no tengo por qué hacerlo."

"La presión laboral es terrible. Nunca va a terminar."

"Me siento mal en este momento, pero eso no significa que tenga que dejarme llevar por ello. Las cosas que me molestan también llegan a su fin, aunque me resulte difícil creerlo en este momento."

"Esa mirada, odio cuando me mira así."

"Está bien si a otras personas no les gusto o no les agrada lo que hago. Si alguien está descontento conmigo, eso no significa que no pueda ser yo mismo y hacer mi trabajo."

"No hay forma de que mi jefe no tenga una queja sobre mi informe reciente. Voy a quedar en ridículo."

"Todo el mundo comete errores, eso no significa que sea tonto o incompetente. Puedo corregir los errores que señalen. No soy perfecto y puedo vivir con eso."

"Tengo un terrible dolor de cabeza y mi corazón está acelerado. ¿Cuánto más podré soportar esto?"

"Tranquilízate. Mi cuerpo me está enviando una señal de que estoy demasiado estresado. Voy a hacer una pausa, respirar y pensar. Encontraré una salida. Y aunque no lo haga, sobreviviré. Está bien."

"¿Qué puedo hacer? ¡No tengo control sobre esto! Solo empeora y empeora, y me despedirán."

"Calma. Respira profundamente. Incluso si ahora no se me ocurre una solución, encontraré una más adelante. Y no estoy solo. Puedo pedir consejo a otras personas. Por ahora, simplemente tomaré las cosas minuto a minuto."

Qué hacer si crees que tu jefe está tratando de deshacerse de ti

Has logrado superar los pensamientos catastróficos, pero las señales de que tu jefe quiere que te vayas todavía están presentes. Es hora de examinar más de cerca a tu jefe.

Como saber cuando tu jefe te decepciona

Describiendo a tu jefe

Intentar entender a tu gerente es uno de los primeros pasos recomendados en muchos recursos sobre cómo lidiar con jefes difíciles. Comprender no significa que debas caerles bien, estar de acuerdo con ellos o justificar su comportamiento. En cambio, necesitas tener una idea general de lo que motiva a tu jefe. Cuando conoces el tipo de personalidad, temperamento y rasgos negativos de tu jefe, te resultará más fácil planificar tu estrategia. Esto se puede resumir en: adaptarte o renunciar.

¿Tu jefe evita el contacto visual y no sonríe? Las personas que son naturalmente reservadas a menudo son comunicadores ineficaces con gestos inexpresivos. Una opción es depender más de correos electrónicos y otras comunicaciones electrónicas en lugar de reuniones cara a cara. Respeta su privacidad y adáptate a sus preferencias, y prosperarás en este entorno laboral.

¿Tu director es regularmente desagradable y manipulador? Es posible que tengan poco control sobre sus estados de ánimo o que estén lidiando con desafíos personales de los que no estás al tanto. Opta por la calma y la desescalada. Sus tormentas emocionales pasarán.

¿Tu jefe no escucha nada de lo que dices? Tal vez tengan una disposición escéptica y desconfiada, o tal vez hayan sido decepcionados en el pasado al confiar en sus empleados. El mejor enfoque puede ser utilizar argumentos lógicos y basados en datos, y nunca esperar confianza sin verificación.

Cuando te encuentres con un jefe que te brinda apoyo verbal en conversaciones privadas pero cuyas acciones son poco cooperativas y tercas, no te servirá presionarlos. Una estrategia exitosa aquí es nunca asumir que están de acuerdo contigo o que te apoyarán (si su aparente positividad no se traduce en la práctica, es probable que solo sea un acto; prepárate para hacer lo que necesitas hacer y no esperes ayuda).

Hay un tipo de líder particularmente molesto: el narcisista que tiende a atribuir tus éxitos a sí mismos y es incapaz de admitir sus errores. Pueden ser ruidosos, arrogantes y autoritarios. Acariciar su ego es una estrategia recomendada en estos casos desafortunados.

Entonces, ¿entiendes la idea? Identifica los rasgos predominantes de tu jefe y juega con ellos. Únete a su excentricidad y tendencia a llamar la atención mostrándote entusiasta acerca de sus ideas y leal a su encanto travieso. Afronta con diligencia, perfeccionismo y hábitos de control excesivo entregando un rendimiento confiable y de alta calidad. Ayuda a tu líder diligente a complacer a su propio jefe y verás cómo aumenta tu valor.

Asegura tu valor

Hay dos formas importantes de asegurarte de ser valioso para tu jefe. Primero, realiza tu trabajo de manera impecable. Tu productividad y la calidad de tu trabajo para la empresa tienen un gran peso a la hora de ganarte el favor de tu supervisor. Asegúrate de que el trabajo que produces cumpla o supere las expectativas. Si constantemente incumples plazos o decepcionas a tu equipo, no es de extrañar que tu jefe tenga quejas contigo. Después de comprender la personalidad de tu jefe, pregúntate qué puedes hacer para controlar tus propios aspectos negativos. Comprender tus propias fortalezas y debilidades puede evitar que tus debilidades perjudiquen tu trabajo.

En segundo lugar, haz que tu jefe quede bien ante la alta dirección y mantén la discreción al respecto. Si habitualmente facilitas la vida de tu jefe, eso es otro punto a tu favor (y nunca se tienen demasiados puntos a favor). Estarán inclinados a mantenerte cerca porque saben que los respaldas. Sin embargo, si tu jefe es difícil de tratar, es posible que desees mantener en silencio lo indispensable que eres para él/ella.

Conclusiones

Si notas señales de que te están alejando de tu trabajo, no esperes lo peor de inmediato. Cuando percibas que algo no está bien con tu jefe, analiza la situación cuidadosamente. Examina tus sentimientos, establece la línea de comportamiento habitual de tu jefe y considera cualquier cambio reciente en la dinámica de tu relación.

Si sientes que es demasiado para ti, siempre puedes dejar que otros se encarguen de lidiar con un jefe problemático. Te mereces oportunidades de desarrollo profesional, proyectos emocionantes y aumentos si tu trabajo es eficiente y productivo. No puedes esperar que tu jefe y colegas sean cálidos y atentos, pero no es tu trabajo resolver sus problemas además de hacer tu propio trabajo. En última instancia, querrás tomar un enfoque lógico y tomar la decisión que sea mejor para ti.

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